Que caprichoso el destino y que juguetona la muerte que ha
ido a plantarse a un lugar lleno de vida para acometer sus fechorías, dejando
noches oscuras en vidas que se quedan, y noches difuntas en almas pérdidas que
moran ahora quién sabe donde.
Ya no hay manera de buscar remedio a lo sucedido, ni
venganza posible. Ya lo ocurrido no tiene marcha atrás y con el tiempo,
posiblemente y aunque suene frío, todo quedará en el olvido y se volverán a
repetir tragedias similares para el mundo, ya sólo las familias de estás
jóvenes cargarán con el vacío y la ausencia.
Pareciese un caso puntual. Pero no seamos ni demagogos, ni
nos engañemos defendiendo ahora cosas que todos hubiésemos aprobado si la noche
no hubiese terminado con víctimas.
¿Quién no ha entrado nunca a un local siendo plenamente
consciente de que estaba con aforo más que completo?
Por que a mi, perdónenme, más que una situación aislada me
parece un día a día, que terminó, como todos sabíamos que habría de finalizar
más tarde o más temprano un acontecimiento de éstas características dónde lo
único que no hay es control bajo ningún concepto.
Bien me parecen las quejas, porque suele ser un Madrid Arena,
el punto de inflexión que cambia la norma. Tiene que ser el extremo el que haga
reaccionar y provocar un antes y un después en temas que no cuadran, que no
funcionan, que a ojos de la sociedad son cotidianos, pero que se abandonan y no
se luchan hasta que lamentamos no haberlo hecho.
Así nos divertimos los jóvenes. Así se tira una vengala nos
asustamos y resultamos ser víctimas, plenamente conocedores de que los recintos
dónde nos recreamos son lugares de muerte. Así, no se hacen las inspecciones
necesarias, ni los controles que se debiesen. No todos son señores empresarios
que quieren forrarse, que también vaya, como cualquier ladrón que piensa que
nunca lo pillarán, el administrador piensa que todo va salir bien, que es la
generalidad.
Así, se repite hasta la saciedad hasta que pasa, y esta vez
ha costado cinco vidas. Pero, ¿es que no hay responsabilidades de nuestros
gobernantes que deben hilvanar cada fleco?
Sinceramente me parece un tema más que enrevesado y
complicado. Me parece una historia de horror
digna del mejor guión de Hitchcock, y no por las muertes, que me apenan
y me erizan los vellos por apatía entre otras cosas. No puedo evitar pensar que
pude ser yo misma. Pero me parece una
novela negra por los golpes de pecho y por las denuncias de a
posteriori, por la hipocresía y por las exageraciones no aptas para temas con
lagunas más que palpables y por que la doble moral no va nada conmigo.
Para terminar no voy a dar conclusiones sólo voy dejaros
algún que otro viejo titular, y prometo que, si indago son más de dos, pero
basta con esto para conseguir hacer llegar lo que quiero manifestar.
-“Tragedia en Alemania: 19 jóvenes mueren en la Love Parada. Un tapón formado en el túnel
de acceso a la fiesta tecno por excelencia desata una tragedia”.
(generacción.com)
- Martín Cárpena. “La muerte de dos jóvenes por éxtasis
destapa un cúmulo de ilegalidades” (abc.es)
Dicen … si llega la muerte que me pille de fiesta…pues
parece ser que algunos se han tomado esta filosofía al pie de la letra, para
que un buen número de jovencitos se den de bruces con este cometido.
A quienes hoy están llorando a sus hijas dudo que les haga
gracia.
Aquí me quedo maldiciendo a los infortunios…