Diagnóstico genético preimplantacional. Anemia de Fanconi.
Vinarós. Jonathan. Cruz y David. Reportaje. Medios de comunicación. Ayuda.
Así comenzó la historia.
Nosotras a penas conocíamos que sucedía, y en días nos
pusimos a investigar para realizar un reportaje que al menos personalmente a mí
me cambió la visión de muchas cosas. Entendí que el significado de rendirse no
existe en el diccionario de quién, guerrero se aferra al último grano de arena
de toda una playa.
Enfermedades raras que ocasionaban que pequeñines
necesitasen que sus papas, dispuestos a todo, diesen vida a un hermanito
escogido genéticamente para que naciese sano, escogido para generar una
oportunidad de vida a sus hermanos, para devolverles la esperanza, para hacer
lo que cualquier hermano…haría por alguien que nació de un mismo vientre.
Lucharlo.
Y no viene al caso contar como discurrieron las cosas, sólo
decir que fue Jonathan y sus papis, una de las familias que nos recibieron
y que se encontraban en esta situación. Y ellos, ansiosos de correr por
conseguir permisos, para que ni un aliento de vida se escapase a quién lleno de
alegría, nos divirtió, nos conquistó y nos robó toda las ganas de implicarnos
posibles, nos atendieron y dedicaron su tiempo, a pesar de ser nosotros sólo
estudiantes, y que pocas expectativas de ayuda y difusión podíamos tener.
Ese niño tierno, maduro con tan sólo ocho añitos que tenía
por aquellos entonces. Lleno de vida, y luchador.
Hace apenas dos días me levanté, ajena ya a todo esto, y con
alguna que otra noticia vuestra en el discurrir de estos años. Hace dos días,
me levanté y recibí la noticia por parte de mi compañera. Tú mami, había tenido
el gesto de comunicarnos que te habías ido. Y no me preguntes porque Jonathan,
pero me siento tan triste y llena de rabia, que sólo he podido dedicarte éstas
líneas.
Ahora he pedido a todas mis estrellas, que te busquen, y les
he contado que fuiste parte de mi historia, que a pesar del poco tiempo que
compartimos, tú y los demás que compusisteis aquel reportaje, me enseñasteis que
no hay límites y que las peleas se ganan a base de cariño. Por eso no entiendo por
qué te has ido, estabas rodeado de tanto…
No te preocupes, mis estrellas serán tus amigos y coleccionarán contigo las
estampas de tu ídolo Villa. Les he dicho que eres el niño de la sonrisa más
bonita del mundo, ahora podrás jugar al fútbol con las nubes.
Descansa pequeñajo.
Bonitas palabras, era el peque de la familia y tus palabras me an conmovido me gustaria hablar contigo de forma privada si cabe la posibilidad te lo agradeceria.
ResponderEliminarsaludos de un familiar de Jonathan