“Para viajar lejos,
no hay mejor nave que un libro”… Emily Dickinson
Nada mejor que unas
letras, que parrafadas con un sentido para quién las escribe y un significado
para quién las lee.
Nunca pude definir
que significa la palabra soñar para mi. Sé que llegué a la conclusión de que un
ser humano que no sueña, que no es soñador, esta vacío. Imaginar aquello que
persigues, sentir que puedes lograrlo, y hacerlo.
A todo ello me
acerca la lectura. He leído cuantos libros han conseguido embaucarme en sus
aventuras, he vivido cada historia como si fuese yo misma la protagonista y
hasta he llorado alguna vez por sentirme una más en el relato.
He cantado
canciones que no estaban escritas y he bailado melodías que no sonaban. He
surcado mares, recorrido calles y hasta presenciado asesinatos. He contemplado
el medievo y hasta he viajado hasta el futuro.
Conozco a seres que
aún no existen y reyes de la más bella historia de éste lugar llamado mundo.
He luchado por
comprender y he meditado seriamente, de que me sirve toda esta experiencia y
leyendo cada día y soñando e imaginando he llegado a la conclusión de que los
libros que he leído son una pequeña parte de mi, de mis experiencias y mis
comportamientos.
He sabido que leer
es cultura, es creatividad, es aventura, es sabiduría y que un libro es
compañero de fatigas. Hoy por hoy, sé muy bien quién lee a diario y quién nunca
tomó entre sus manos más que una revista.
Por todo ello hoy
quiero dedicar mi espacio a que me lean y a animar a leer. El desarrollo de la
mente es algo básico. Tenemos que suplir las carencias que una vida limitada
nos pudiese presentar, y no hay viaje más placentero que el que deseas y vives
y creas con tu mente. En ese todo es perfecto. Tú pones las normas y ahí nunca
nada irá mal.
Que nadie me quite
es gusto sentarme con un buen amigo entre manos…
“Un libro abierto
es un cerebro que habla, cerrado un amigo que espera, olvidado un alma que
perdona, destruido un corazón que llora”. Proverbio.
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