Los que me conocen saben que nunca jamás escondí, ni fui
objetiva con el fútbol. Soy del equipo que soy, lo amo, lo siento y nada podrá
hacer que no lo tenga presente viviendo en cualquiera que sea el rincón de éste
universo llamado mundo.
Pero, hoy, eso da igual, hoy los colores pasan a un segundo
plano y poco importa que Miki fuese nuestro Miki, por que hoy, Miki es y será
por siempre un ejemplo de lucha sesgado demasiado pronto.
Nos has enseñado que la lucha nunca termina, ni en el
terreno de juego ni en la vida. Pero también nos has devuelto a la cruda
realidad con un jarro de agua fría.
Nos has recordado que la vida no es justa, y te has marchado
quizás a un lugar mejor. Pero, las estrellas estoy segura y confío que sólo
pueden seguir un camino, el cielo. Desde ahí seguiremos contigo, con tu fuerza
de voluntad, con tu garra, tus ganas de seguir y con cada sonrisa que dejaste
aquí para que se hicieran imborrables con tu marcha.
Sencillamente sé que la familia bética hoy, grita un dolor
al unísono, que hace eco y se repite por cada aficionado del fútbol español.
Que no hay consuelo.
Antonio Puerta, Dani Jarque, y ahora tú. Demasiado castigo
en poco tiempo para el deporte.
Hoy, no tengo ánimos para más, soy una más que se entristece
con tu marcha. Mi más sentido pésame a su familia, amigos y a todos los béticos
que te adoraron. Pero sobre todo, un saludo Miki. Eterno 26.
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