Sorpresa.
No tengo otro adjetivo para calificar la posibilidad de lo
que al abrir las redes sociales mis ojos leían.
Estupefacta y anonadada. ¿Es que en este país no hay más
entretenimiento que barajar la posibilidad de sancionar a dos operarios que
anecdóticamente colocan un escudo, en la que será la torre más alta de la
ciudad durante su construcción?
Lo cierto y verdad, es que el vídeo que estos dos ya
reconocidos béticos grabaron y que ha recorrido miles de teléfonos móviles de
seguidores del club verde y blanco, ha recibido toda clase de críticas.
Solemos aplaudir cuando nos conviene, e incluso reconocer la
genialidad de éstos personajes. Y discutir, y ver el lado negativo cuando es
reto, lo que se provoca.
He vivido y visto multitud de anécdotas alrededor de lo que
siempre consideré un derbi. Alrededor, de dos equipos que pertenecen a la misma
ciudad y llenan de magia el fútbol en Sevilla.
He amado y amo el deporte y todos sus adornos y guirnaldas.
He sabido distinguir entre el negocio y el sentimiento, entre la ilusión y la
tristeza.
Nunca, nunca jamás nadie me ha sancionado por ello.
He gritado cuando un semáforo cambiaba de color, y he
esperado horas para entrar a un campo donde en primavera sufres verdaderos
calvarios a temperaturas demasiado altas y dónde en invierno, los días de
lluvia llegas a casa empapado y con un resfriado como premio a tu constancia.
Y nunca, nunca nadie ha puesto techo a mis ganas de Betis.
He ahorrado hasta el último céntimo de euro para llevar
conmigo una parte de mi equipo, he viajado con él en la maleta y no hay rincón
del mundo que yo haya pisado dónde no se conozcan sus colores.
Y nunca, nunca nadie ha callado mi voz.
Pero ahora, tras encontrar esto, me pregunto si quizás la
torre mañana corra el riesgo de caerse por tremenda travesura de sus
trabajadores. Ahora, me cuestiono si habrá sevillistas que no quieran atravesar
sus muros por que un escudo del Real Betis Balompié la presida.
Cierto, es que como buena bética para mi, observar como se
ama a mi equipo es un placer tan intenso que sólo me provoca orgullo. ¿Pero, no
aman los sevillistas al suyo?
La respuesta es tan obvia que permítanme que de la pregunta
por contestada.
A quienes no conocen de enfrentamientos sanos, a quiénes no
saben de un mundo aparte llamado Sevilla – Betis, a quienes no usan la razón y
publican, dicen, hablan, critican, y generan opiniones no constructivas y
absurdas, a quiénes carecen del humor suficiente, a todos esos y alguno que
otro más, la cabeza siempre, por favor, sírvanmela sobre los hombros. El tiempo
es oro para perderlo en sanciones de risa.
A todo ellos añadir, AMIGOS SEVILLISTAS (con mayúsculas), un
saludo desde la torre
Pelli, y que nunca se acabe el yo sin ti no soy nada y tú sin
mi te mueres de pena.
A caso los béticos no entraron por aquella portada de feria presidida por el escudo del Sevilla Fútbol Club de mis amores, y pagado por el consistorio?? XD
ResponderEliminarTotalmente!!! así es!! Me encanta este tira y afloja!! Querrán con sanciones terminar con esa guasa nuestra?? Nunca!! Viva mi Betis! palanganilla jajaja (siempre desde el respeto) jajaja
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