lunes, 29 de octubre de 2012

La solapa de tu chaqueta





No mires así.
No estes atento en cuanto llegas al mismo lugar que mis pies pisan. Tú mismo te la colocaste en la solapa de la chaqueta y tú mismo has de decidir si es ahí donde quieres que este.
De nuevo me cruzas furtivamente la mirada, quieres que te de mi aprobación y no estoy dispuesta a mediar en asuntos que no me incumben. Siempre la llevas ahí colgada, así, que debe gustarte como te queda, ¿o quizás simplemente te hace compañía agradable?
Quieres una respuesta de mis ojos por que desde que me dijiste que creías que quedaba muy bien en tu pecho, ya no manifiesto mi opinión con respecto al tema. Yo agacho la cabeza a modo de evasiva, de nuevo te sitúas cerca para intentar analizar mi lenguaje corporal cuando la veo ahí, y rechazas constantemente que no varie ni un ápice desde la primera vez que te la pusiste. Pero, ¿acaso aquel día preguntaste si ese modelo te luciría bien? Decidiste y la pinchaste en los cuellos de tu chaqueta.

Ahora, a veces pienso como, la única vez que has sido capaz de desabrocharla y desprenderte de ella, me llamaste con dudas, como me negaste que a penas estuvo unos días encima de tu mesita de noche, como cambiaste de chaqueta y sin más volviste a colgarla tal cual. Y es que sabes de sobra que le tengo animadversión.

Me vuelvo y me sonríes, y por tu gesto casi me dejaría vencer…pero eso fue suficiente hace algún tiempo ahora ya…mis palabras, opiniones, posiciones con respecto a tu adorno las conoces de sobra y no se me antoja ni un poco repetirlas para que te tu inseguridad remita.
Quizás vengan tiempos en los que dejes la cazadora en casa, y tengamos la suerte de cruzarnos, y tus palabras sean las adecuadas. Siempre tuve la extraña sensación de que es muy de tu agrado ese ornamento pero que, no te hace subir la cabeza de orgullo, que llena de sobra tu solapa pero no es suficiente en tu austera prenda de vestir.
Son tus fantasmas y no los míos, es tu imagen y no la mía. Yo si decido con ahínco y convicción que me pongo, y en que prenda. No me mires. Ten presente lo que dijiste y créetelo por que, a muy buen recaudo… y te conozco bien, que siga siendo la misma te desestabiliza más de lo que deseas cuando la llevas en encima.


Pepito Grillo

Pepito Grillo - 29 de Octubre - PGG

Hace ya unos días vino a vivir a casa mi Pepito grillo particular...no lleva paraguas, usa mis plantitas como cobijo...parece una tontería, pero no soy amiga de los bichos en general, pero él es distinto, desde que lo ví consiguió llamar mi atención. 
Creí que estaría con nosotros áquel día y se marcharía pero, ha decidido instalarse en nuestro jardín.
Vaga, cojo de una de sus patitas traseras. Debió perderla en nose que salto mortal, en nose cual lugar lleno de vicisitudes y peligros. Observarlo siempre me recordó a mi infancia, y mi cámara me llamo en ese instante, lo necesitaba conmigo, él posa y se coloca sobre las hojas saludando a mi objetivo, nose esconde, ni si quiera la lluvia de éstos días ha conseguido ocultarlo. A algunos quizás os parezca extraño pero ahora ya, áquel grillo de la tele a mi se me antoja saltamontes ... la naturaleza es sabía, y sus ojos rayados son un detalle más que hipnotizante...tanto, que tras mucho tiempo sin cargar mi cámara...he subido la he desempolvado por que necesitaba presentároslo...
Es curioso como las pequeñas cosas, las que no tienen importancia, las que nos llaman la atención un instante pueden conseguir que cada día salga a mi patio. No es mascota, ni si quiera compañía. Es un insecto que repudiarían muchas personas y ha conseguido que hasta mi madre salga y lo observe, que se pose en su camiseta y no lo machaque en ese mismo instante para quitárselo de encima.
¿Será cierto que los estados de ánimos nos hacen ver las cosas más o menos bellas? 
Que haré aquí sentada, escribiendo sobre un saltamontes, el cual ya ha provocado que una amiga me escriba para decirme que Pepito le produce repudio, por no decir asco... Misterios de la vida.

Yo y mi cámara Pepito...tú me entiendes estoy segura de que estabas ahí para ello..Más friki que nunca.
  

jueves, 18 de octubre de 2012

El hombre que paseaba en su bicicleta




Mi hermana solía hablarme de él con una mezcla de rabia, melancolía y pena. Solía pasearme en coche por las calles ojeando para cruzárnoslo y que también yo pudiese conocerlo. 

Me contó historias de hambre, calor, frío. Historias de palizas y robos, de mala gente. También me contó leyendas sobre platos calientes, techos y abrigo, de servicio, solidaridad y ayuda. Buena gente.
Su nombre de pila era Luciano, vagaba por los caminos y a penas podía con sus pasos. Consigo, solo llevaba años de pastoreo por algún pueblo de la sierra norte, y desavenencias familiares que lo llevaron a marcharse lejos de los suyos.

Así, buscando un lugar de asilo, y con apenas una bicicleta que cargaba más que montaba llego a Lora.
Nadie sabe bien que discusión puedo ocasionar su soledad. Dicen que quizás el juego… o su carácter testarudo. A buen recaudo, sé, que quienes aquí le ayudaron hicieron todo lo posible por su bienestar, y él en muchas ocasiones rechazó muy buenas opciones.
A buen recaudo, que no paso hambre mientras aquí estuvo.

Pero en toda historia triste hay una parte dura, en la que interviene la poca calderilla que pudiese haber por medio. El dinero siempre es protagonista, hasta en las mejores familias, hasta cuando las cantidades son ínfimas, ridículas.

Quiso el destino que el viejo triste y buscavida de la bicicleta tuviese una pequeña paga con la que se defendía y hacía frente al paso de los días. Quiso, que ciertos tipos lo supiesen y que recibiera constantes palizas en las cuales le robaban.

Me contaba mi hermana cuantas mañanas lo recogieron de caídas, cuantas veces, vagaba por los alrededores de su trabajo casi sin poder mantenerse sobre sus huesos. Como probó a sacar su dinero en pueblos vecinos para que éstos hurtos acabasen.

Pero llegó el día en que se rindió. Luciano, el hombre de la bicicleta, el vecino que tuvimos casi por casualidad durante meses, escogió probar a vivir en otra pedanía. Supo que la buena gente, fue la mejor en Lora del Río, y que él, no supo comportarse con ellos, pero también que la mala gente, le destrozó un futuro en nuestro pueblo.

Hoy, y tras tantas palabras y discusiones encontradas con mi hermana, he comprendido que como siempre ambas teníamos nuestra parte de razón. Siempre defendí que con la paga de Luciano mucha gente vivía, y mantenía a familias enteras, siempre defendí que los vicios y el juego, si así era, no me ocasionaba más que la mínima pena, que una residencia era un buen lugar…Sin embargo si que decía verdades mi hermana, era un ser humano. Nadie merece palizas, nadie merece que los cuatro de siempre despedacen  las ilusiones de un modo de vida escogido. Y sobre todo, Lora no merece una imagen como la que dan éstos, la mala gente.

Me quedo con los abrigos, los platos calientes, las horas de cobijo y compañía, de aquellos que si que representan la humanidad de nuestras calles.

viernes, 5 de octubre de 2012

MADE IN LORA




Caminando.
Esa es la mejor forma de ir a la compra en Lora del Río.
Si. Probablemente será complicado si tienes que hacer una carga a tu nevera relativamente grande, pero…mi consejo es buscar compañía para trasladar a casa dicha adquisición.
Últimamente más que una columna parece que escribo una carta denuncia. Pero es que también ir a llenar el frigorífico tiene pegas, que me remito a trasladar, más que a dar.
¿A ver si están de acuerdo conmigo queridos lectores de “La voz de Lora”?

Lo usual es emprender la acción de hacerse con sus alimentos ataviados de un vehículo, dónde cargarán más tarde y trasladarán a casa con toda sencillez y el mínimo esfuerzo.
Pero, cada vez que uno conduce hasta los supermercados que todos ya conocen en su villa, encuentra… “GORRILLAS” made in Lora.
Gorrillas que te miran mal si les niegas una limosna por…¿NADA?
Mi condición cristiana me enseñó a dar a los pobres, y mi educación a compartir, pero nadie me enseñó nunca a sentirme obligada, a que sienta temor de que mi automóvil sufra las consecuencias de mi negativa a un par de monedas, las cuales… por cierto, en esta época tan complicada que pasamos, no les sobran a la mayoría.
Lo cierto y verdad es que no será el sudor de mi frente el que suelte el más mínimo céntimo para que prospere esta nueva profesión al más puro estilo sevillano.

La verdadera pregunta es, ¿hasta que punto los ciudadanos tenemos que aguantar esto?
Creo que existe un cuerpo de seguridad, una policía local, o a quien buenamente le corresponda con la obligación de evitar ciertas situaciones ilegales, y muy molestas para la convivencia en las calles loreñas. Espero, que no sea más importante vagar por las calles para cazar a pobres trabajadores, que no llegan a fin de mes cometiendo una infracción para multarlos… es más fácil de encontrar el caso expuesto.
Eso si,… y dios me libre, el que yerre al volante que lo pague, que es lo justo, y también trabajo de la autoridad.

En todo caso, cada uno sabe bien cual es su lugar en su trabajo…, y todos sabemos que el de nuestros amigos Gorrillas… no debe ser la puerta de nuestro adorado “Mercadona”.

¿Veis? yo no quería hacer publicidad…