Dicen las lenguas parlantes en mi pueblo que los jóvenes se marchan.
Dicen que cuando hablan de su villa sólo comentan aspectos negativos y que
reniegan en cierto sentido de ella.
Rumorean que todos son críticas, que están desencantados y que
cada paso que dan en relación a Lora, los separa más de tener un futuro en el
municipio.
Dicen los padres de éstos, que tienen miedo cuando se acerca
el fin de semana. Que sus hijos conducen coches a altas horas de la madrugada
para encontrar una alternativa a la parsimonia y aburrimiento que sufren y que
no pegan ojo pensando en los peligros que corren haciendo esto.
Los abuelos sienten rabia, por que nadie mejor que ellos
saben que fue y que es ahora nuestro pueblo, y cuanta falta hace volver a recuperar
chiringuitos colmados de alegría y diversión, ferias con gente que no se marcha
a la playa, romerías con carrozas que hacen colas para subir las escaleretas, un
lugar de reunión, sin vecinos que se quejan constantemente.
Entiendo que se arremeta contra los jóvenes por hablar mal
de Lora pero, existe un adjetivo que se llama “empatía”, que no significa más
que ponerse en el lugar del otro, cosa que se le olvida a mucha gente.
Tú que te quejas por ruidos y por tu descanso recuerda, que
quizás, tu hijo anda quitando el sueño a otro buen vecino de otro barrio, o que
cuando fue joven lo quitó. Tú que has sido joven y también saliste, te
divertiste y creciste con planes que hacer en tu pueblo.
Yo me pongo en tu lugar y me comprometo a hacer el menor
ruido posible pero, piensa que no se es joven toda la vida…
En cuanto a otros que critican, dicen las lenguas que habrá
una normativa, incongruente, e ilógica bajo mi punto de vista. Que los pubs que
quedan… tendrán que cerrar a eso de la una de la madrugada, casi cuando los
jóvenes salimos, y que los bares que abren muy temprano a penas podrán dar
desayuno a los madrugadores porque tendrán que retrasar su apertura.
Sinceramente no se que se pretende con estás medidas. Si es
paliar la situación antes descrita, no creo que lo consigan.
Lo que si me parece
que van a conseguir es que crezcan las críticas, que los jóvenes sigan
marchándose, que los padres sigan sufriendo y quien sabe si nos dejaremos a más
de un paisano en las carreteras, por no hablar de que … seguramente en un corto
periodo de tiempo, Lora del Río pase de ser un pueblo precioso y lleno de vida,
a un pueblo fantasma, sin niños en las calles y sin sonrisas que hacen eco en
los parques.
De todo ello, seremos responsables todos, los jóvenes
críticos e incívicos, los vecinos que se quejan, los políticos que no ponen
remedio, y los abuelos que vieron como todo iba a peor y dejaron al cangrejo
seguir andando hacia atrás.
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