Nunca había oído hablar de ellos, pero más tarde supe
cuántos caminos con éxito habían recorrido. El viento transportaba sus
historias y hazañas con la prosa, la rima, las letras y las frases. Con el
silbido del mismo, ya hacían música sus historias, y que decir las melodías que
a propósito reproducían a viva voz.
A su paso contaban, dejaban sonrisas, momentos de juerga,
anécdotas y añoranzas a su marcha, ligados al deseo de su pronta vuelta. Dejaban
conocidos, y también amigos.
Dejaron en algunos casos, corazones rotos tal vez, golpes de
guitarras que se perdían entre el albero de ferias y romerías. Dejaban
multitudes ansiosas de baile y jarana, y acompañaban en sus descansos a los que
los seguían y apoyaban.
Yo no sé, en que momento, llegaron a mi vida sin saber
quiénes eran, siendo ellos ya, lo que eran sin yo saberlo. Cuanto supe después,
sólo tuve que comprobarlo.
Quizás hoy pueda hablar con la propiedad que me dan los años
que sin planearlo, la vida me ha regalado junto a vosotros. Quizás, hoy me tomo
molestias por que hay momentos de mi vida en los que vuestras voces sean
probablemente la mejor banda sonora, quizás, quince años de los que he
disfrutado unos seis, son el mejor garante para que yo, dejase que me cayesen
mil altavoces más encima si fuese necesario.
Hoy como regalo de cumpleaños, quiero decir cuánto sé yo, de
vosotros, y de la única manera que sé, escribiendo.
Gracias.
Gracias por que no sólo hacéis 15 años de “Dando el Kante”,
hacéis quince años de felicidad de muchos. Hacéis momentos inolvidables en cada
boda, y en cada bar de los miles de pueblos sevillanos y andaluces.
Gracias.
Porque nunca vais a desgana y si es así lo disimuláis. Por
vuestra profesionalidad, por vuestra dedicación y vuestra guasa contagiada. Por
todos los que recuerdan una época como la época “Dando el Kante”, por los que
siguen apostando y confiando en vuestras voces entre los que me incluyo, y por
vuestra transparencia.
Gracias. Pero he de recordaros algo a los tres, mi Diego, mi
Fran y mi Manué. Vuestro éxito nunca radicó más que, en quienes sois.
Si he de contar sobre vosotros he de daros doblemente las
gracias. Mis amigos. Y no sé si esté adjetivo se sujeta a tantas historias que
oí.
Dicen que es y se siente sortudo, aquel que han sido
apremiado con loterías y sorteos y la fortuna les ha llovido del cielo. Dicen
que los que tiene carreras profesionales brillantes y viajan a diario por
trabajo, dicen que eso es suerte. Yo según esto nunca he sido afortunada, y sin
embargo siempre me he sentido así con respecto a mis amigos, de lo cual,
vosotros tenéis gran parte de culpa.
Ellos, un día aparecieron por sorpresa, y hoy seis años
después, jamás me han vuelto la espalda, se colaron en mis días para hacerse
importantes. Me han hecho participe de sus alegrías y de sus desdichas, y me
siento orgullosa. Me han hecho reír, y llorar… pero de la risa. Siempre
fuisteis conmigo generosos. Y me habéis dado a muchos otros. Gracias por ellos.
Hoy ya no me caben en las manos tanta buena gente con la que cuento y a la que
quiero con locura.
Hoy tengo un libro lleno de páginas de momentos imborrables,
hoy tengo tantos personajes que los argumentos se me escapan de las manos, hoy
bromeo con mi doble padrón loreño – villaverdero, y tengo dos ferias al año.
Hoy he caído en la cuenta de que el mejor de los títulos
para vuestros 15 años no es otro que la gran familia que significa “Dando el
Kante”.
Gracias.
Gracias por hacer que siga creciendo. Seguiré arrancando
cada página de mi libro porque nadie debería desconocer las grandes personas
que esconde la leyenda “Dando el Kante” y su música.
Nos vemos en los bares…
P.D: Me quedó aquí, entre cantimploras, Cantillana, y las
lagunas. Entre hippies, ferias y copas. Me quedo con corazones que sanaron y
hoy son ejemplos a seguir, con los fieles a su forma de ser, con los luchadores
y los desaparecidos. Me quedo con las ausencias largas y las visitas
frecuentes. Con bizcochos caseros y arroces futuros. Me quedo con… ¿Tu cuantos
peinados te haces?, con la vihennnnnn, la radio y los pepinos. Con el cariño implícito
y explícito. Me quedo con vosotros, con los vuestros, y os regalo a los míos.
¿Hacemos trato?
Por 15 y mil años más… DANDO EL KANTE por todos los rincones
del mundo.
La niña del altavoz !