lunes, 6 de agosto de 2012

Desde la distancia.


A veces pensar en tu tierra confunde. Según te encuentras en un lugar u otro del universo, según te acogen, y según te va.
He mirada atrás durante éste año y añorado cosas que jamás pensé que me faltarían al marcharme. Pero también he odiado esas carencias que me hicieron partir para buscar una buena nueva fuera de mi Andalucía, de mi Sevilla, y hasta de la tierra que me hizo ser quién soy y dónde aparcaba jugar a las muñecas para montar historias dentro de mi cabeza en mi infancia . De la cabeza que hoy pertenece a una periodista, nacida en Lora del Río.
Mi pueblo en la distancia.
Un dilema demasiado complicado el de juzgar el lugar de donde procedes. Quiero pensar que vivir hoy, en Madrid me hace sentir que en mi pueblo se vive tranquilo. Que la gente no corre, se saluda por las calles, es gentil y que nadie se siente sólo.
He sabido cuán importante es sentir el calor de los tuyos y cuan distinta es la educación cuando te crías en un pueblo. Lora me enseñó a ser humilde y me recuerda cada día de dónde vengo. 
Lora es conocida en más lugares de los que imaginé. He oído que somos el pueblo de las inundaciones, el de Mario Vaquerizo, y hasta el pueblo al que el Guadalquivir baña tres veces. He oído que Lora es un pueblo importante y he pensado que he olvidado desde que me fui sus limitaciones, para ver otras muchas virtudes que Lora tiene.
He sopesado cuantas veces voy de visita para ver a los que me quieren a mi familia y a mi gente y cuantas tardes me aburro tremendamente y siento ganas de volver a la ciudad dónde hoy vivo.
Las contradicciones que me hacen ver a Lora con ternura y con desgana al mismo tiempo. Si quisiera podría mentir. Si quisiera diría que somos un gran pueblo, con miles de posibilidades… pero es que también veo la otra parte, es que es mi obligación, y además  mi conciencia me dicta ser realista. Lora es mi pueblo y me siento orgullosa de ello. Lora tiene a las mejores de las personas, a grandes profesionales, paisajes de ensueño, potencial… pero hace tiempo que se perdieron las ganas, hace tiempo que el corazón no aprieta a los loreños y los hace levantar. Dejemos de discutir hacia que lugar caminar… y caminemos.
 No me juzguen como demagoga, ya les digo que sé que yo fui la primera que se bajo del barco marchándome.
 Él que este libre de pecado, que tire la primera piedra.

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