lunes, 11 de noviembre de 2013

MALHUMORADA YOLANDA

Malhumorada Yolanda
Yolanda, nombre de mujer en principio sin maldad. Un nombre como cualquier otro. Pero, está Yolanda es especial, está Yolanda es imprevisible, natural, y tempestiva. Tiene un carácter que puede despertar con voracidad al mismísimo Neptuno, dios del mar, es capaz de perder la razón cuando se enfada y no importarle las consecuencias de sus actos, es capaz de matar a 10.000 filipinos con planes de futuro, es capaz de destrozar edificios y de llenar de muerte lo que antes estuvo lleno de vida. Es capaz de sorprender a los vientos que enfadados antes ahora se unen para soplar con fuerzas los desaires de Yolanda. Caprichosa Yolanda y malévola no da tregua y no perdona, ella necesita que el tiempo se enfrente a su aprensión y su dolor por no sé cuál decepción o problema.
No entiende Yolanda que sus problemas son suyos y no puede cargarlos a los demás, no sabe que sus enojos hacen de su belleza exterior un disfraz, y que los mimos que recibe por lo que nos brinda bueno normalmente, son compartidos con muchos más nombres de mujer, no sabe Yolanda que sus actos nos alejan de ella.
Yolanda esta vez. Fenómeno natural otra, catástrofe, o tifón, … Naturaleza, tú que nos das tantas cosas bonitas y que nos inspiras a veces silencios ensordecedores, ¿Por qué nos traicionas en ocasiones? ¿Es acaso una venganza a tanta dejadez en tu cuidado?
Tú que eres incontrolable, ¿qué hacemos para gritarte que no te tenemos miedo? Que a pesar de los pesares, querida naturaleza, nos tienes en tus manos materialmente, pero nunca podrás controlar las ganas de los que se quedan de seguir y empezar de nuevo, ni la de los afectados directamente y verdaderas víctimas, ni las de los que estamos dispuestos a echar una mano y poner el cuerpo y el alma en la medida de lo posible.
Y perdona las reclamaciones,  madre naturaleza, pero es que tu sabiduría y la fortaleza unida e infranqueable que creí que tu hogar componía, se ha visto derrumbada y derribada por una de tus hijas. Yolanda, te ha salido rebelde y se ha ido de fiesta con música fúnebre en el cd de su coche. Y, no conforme ha subido el volumen para hacer de dicha música la banda sonora de la vida de los filipinos.
Ahora ya agoniza Yolanda camino de otros países, el tiempo a quien pedía atención a envainado su espada contra ella, y la ha invitado educadamente a marcharse, a desaparecer porque, ya no tiene un lugar entre los que te adoramos a veces y te odiamos otra, entre los que te admiramos y te tememos al mismo tiempo señora natura. Ahora, nosotros somos la parte de enfado, y predicaremos con un ejemplo de comportamiento humano, la próxima vez que una de tus hijas se enfade, enciérrala bajo llave y tiré el artilugio en el fondo de ese mar que Yolanda ha convertido en asesino.
En memoria a todos los que no padecerán porque se fueron desgraciadamente, y en honor a los que han nacido de nuevo.
Ánimo Filipinas, hemos podido otras veces.
Por cierto Yolanda, se me ocurren no muy bonitos y agradables calificativos para dedicarte, pero prefiero no ponerme a tu altura.


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